Lo que no te dicen sobre la
Inteligencia Artificial
En un artículo anterior titulado “IA para todos”, exploramos cómo la inteligencia artificial está revolucionando nuestra vida cotidiana. Hablamos sobre herramientas accesibles, funciones útiles y el potencial transformador de esta tecnología para personas de todas las edades y niveles de conocimiento.
Sin embargo, como todo avance poderoso, la IA no viene sin sus riesgos. Este nuevo artículo es una continuación necesaria: si ya estamos emocionados por todo lo que la inteligencia artificial puede hacer por nosotros, ahora es momento de preguntarnos qué peligros conlleva su uso y cómo podemos protegernos.
Lejos de entrar en detalles técnicos, aquí abordamos los aspectos negativos más comunes que pueden afectar a cualquier persona, desde el uso irresponsable de nuestros datos hasta la desinformación generada por sistemas automatizados. Nuestro objetivo es ayudarte a entender los riesgos reales, ofrecerte ejemplos concretos y, sobre todo, darte recomendaciones prácticas para que puedas usar la IA con confianza, pero sin bajar la guardia.
La información puede parecer confiable, pero no siempre lo es…

Uno de los errores más comunes al usar herramientas de IA es asumir que todo lo que generan es correcto. Muchas veces, los textos o respuestas que produce una IA suenan convincentes, pero pueden contener errores, información desactualizada o incluso datos inventados. Esto es especialmente peligroso cuando se trata de temas importantes como salud, finanzas o educación.
Por ejemplo, podrías pedirle a una IA que te sugiera una dieta o tratamiento natural, y aunque la respuesta suene profesional, podría carecer de respaldo médico o estar basada en fuentes cuestionables. Por eso, es fundamental verificar siempre la información con fuentes confiables y, en temas delicados, consultar a profesionales humanos antes de tomar decisiones.
Tus datos personales pueden estar en juego…

Otro aspecto que muchas personas ignoran es el manejo de la privacidad. Al interactuar con herramientas de inteligencia artificial, especialmente las que están en línea, es común que terminemos compartiendo información personal sin darnos cuenta. Ya sea que subas una foto para que te conviertan en caricatura, o escribas datos personales en un generador de textos, esa información puede ser almacenada, reutilizada o incluso compartida por la plataforma.
Un ejemplo cotidiano es el uso de apps que transforman tu rostro en versiones artísticas o futuristas. Detrás de esa función divertida, es posible que la empresa esté recopilando tus datos biométricos para entrenar otros modelos de IA, sin que tú lo sepas claramente. Antes de usar estas herramientas, es importante leer los términos y condiciones, y evitar compartir información sensible, especialmente si no sabes qué se hará con ella.
Podemos volvernos dependientes sin notarlo…

La comodidad que ofrece la IA también puede volverse una desventaja. Cuanto más la usamos para escribir, crear contenido o resolver problemas, menos ejercitamos nuestras propias habilidades. Esto puede llevar a una dependencia progresiva que afecta nuestra creatividad, capacidad crítica y autonomía.
Pensemos en un estudiante que empieza a usar IA para hacer todos sus trabajos escolares. Al principio, puede parecer una solución rápida y efectiva. Pero con el tiempo, ese estudiante pierde práctica en la redacción, comprensión de lectura y análisis. La inteligencia artificial debe ser una ayuda, no un reemplazo de nuestras capacidades. Siempre es recomendable revisar, editar y complementar lo que produce una IA con nuestro propio criterio.
La manipulación digital es más fácil que nunca…

Las herramientas de IA generativa permiten crear imágenes falsas, videos manipulados (deepfakes) y audios que imitan voces reales con gran precisión. Esto representa un peligro en aumento, ya que puede usarse para estafas, fraudes, desinformación o incluso suplantación de identidad.
Ya se han reportado casos de personas que reciben audios que imitan la voz de un familiar o jefe, pidiendo transferencias de dinero u otra acción urgente. Aunque el mensaje parece auténtico, fue creado con IA utilizando fragmentos de voz extraídos de redes sociales. En un mundo donde lo falso puede parecer más real que nunca, debemos tener un pensamiento crítico y verificar la autenticidad de lo que recibimos, sobre todo si implica actuar rápidamente o compartir información sensible.
No solo afecta lo digital, también a la vida real…

Más allá del internet y las redes, la IA también está cambiando la forma en que trabajamos y nos relacionamos. Muchas empresas están automatizando procesos que antes requerían intervención humana. Esto puede mejorar la eficiencia, pero también implica que ciertos trabajos desaparezcan o se transformen por completo. Además, en algunos casos, el trato humano se reemplaza por respuestas automáticas frías y poco empáticas.
Por ejemplo, al llamar al servicio al cliente de una compañía, ya no siempre se habla con una persona real. Y aunque un chatbot puede resolver cosas simples, no siempre entiende situaciones complejas o muestra comprensión. Como sociedad, es necesario pensar en cómo equilibramos el uso de la IA con la importancia del contacto humano, la empatía y el valor del trabajo de las personas.
Conclusión
La inteligencia artificial es una herramienta poderosa que llegó para quedarse. Puede ayudarnos en muchas tareas y simplificar procesos, pero también conlleva riesgos que no deben ignorarse. Informarse, usarla con criterio, proteger nuestra privacidad y no depender totalmente de ella son pasos clave para disfrutar de sus beneficios sin caer en sus trampas.
No se trata de tenerle miedo, sino de usarla con responsabilidad. Como toda herramienta, la IA debe estar al servicio del ser humano, y no al revés.
Este artículo fue creado con la mismas herramientas de inteligencia artificial de las que se habla en él. Se utilizó ChatGPT de OpenAI para crear el contenido escrito del artículo y Copilot de Microsoft para generar las imágenes.
Aunque puede parecer algo demasiado sencillo, todo contenido generado por inteligencia artificial debe ser revisado y corroborado. No siempre el contenido es 100% correcto.
Igual que cualquier herramienta, debe de ser utilizada con cuidado y de la forma correcta.
Referencias utilizadas para el artículo
- OpenAI. (2024). Guidelines for Safe AI Usage. Recuperado de: https://openai.com/safety
- UNESCO. (2023). Ethics of Artificial Intelligence. Recuperado de: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000381137
- European Commission. (2023). Artificial Intelligence: Threats and Opportunities. Recuperado de: https://digital-strategy.ec.europa.eu/en/policies/artificial-intelligence
- Common Sense Media. (2024). AI and Kids: What Parents Should Know. Recuperado de: https://www.commonsensemedia.org/
- Harvard Business Review. (2023). The Risks of Over-Reliance on AI in the Workplace. Recuperado de: https://hbr.org/2023/08/the-risks-of-over-reliance-on-ai
- World Economic Forum. (2023). The Dark Side of AI: Risks and Responsible Use. Recuperado de: https://www.weforum.org/agenda/2023/10/artificial-intelligence-risks/
- BBC News. (2024). AI misinformation: The risks of fake news created by machines. Recuperado de: https://www.bbc.com/news/technology

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